Hace algún tiempo, una amiga me contó que leyó en el periódico un pequeño artículo (de esos que meten más bien de relleno) que se titulaba: ¿Qué esperas para ser feliz?.
El artículo decía que la gente pierde mucho tiempo en la vida esperando para ser feliz. Todo mundo piensa que cuando tenga ese coche, esa casa, esa carrera, esa pareja... etc. será feliz.
Y la verdad es que, a pesar de que la expectativa de vida para la población mundial ha aumentado en los últimos años, es demasiado tiempo el que la gente termina esperando para ser feliz y muy poca la que al final de todo, lo es.
Una persona promedio tendrá que esperar al menos a sus veintes para tener una carrera y trabajando arduamente, tal vez no tenga un coche propio hasta años después. Por otro lado, una casa de ensueño es otra cosa y ni hablar del asunto de la pareja... ¿cuántos años de su vida habrá perdido entonces esperando para ser feliz?
Además, cuando por fin tenga todo esto que siempre quiso, seguramente ya habrá en el mercado autos mucho más avanzados y ya no querrá el que tiene sino uno nuevo. Y este es el cuento de nunca acabar.
El artículo concluía diciendo que más que ver "ser feliz" como una meta, deberíamos verlo como un proceso y disfrutar del viaje.
Yo agregaría que "ser feliz" es una capacidad que Dios colocó dentro de cada uno de nosotros. No es en lo externo que se encuentra. No está en un nuevo auto ni tampoco en el vestido más caro del mercado... aunque también es válido soñar con el vestido y con el auto :)
La felicidad viene de un lugar dentro de ti mismo. Es una decisión que se toma todos los días al despertar.
Un hermoso día para todos! :*
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